El águila sobrevuela nuestros viñedos mas viejos. Cepas casi extintas de cariñena y garnacha, lo más nuestro y lo más preciado. Lo autóctono y lo que tiene que perdurar por generaciones. Es la filosofía de elaboración de este vino. Son viñas de edad indefinida que ya estaban cuando nuestros abuelos las cultivaban. Viñas con muy poca producción, de secano, suelo pobre sobre laderas con sustratos rocosos difícil de cultivar. Ya casi faltan más cepas de las que están en producción. Vendimia manual bastante tardía, recogida en cajas, paso por mesa de selección y elaboración cuidando mucho los tiempos de maceración.

 

El vino sale del depósito poderoso y vital; y vamos a domarlo, poco a poco, en la barrica de roble con los años, el silencio, la oscuridad y el cariño. Volverá a sobrevolar nuestro territorio, el águila nuevamente altiva y elegante, poderosa como este vino de amplia estructura, taninos que enaltecen su paso en boca y un amplio repertorio aromático.